En medio del aislamiento y la incertidumbre que trajo consigo la pandemia, este cover colaborativo de la canción “No merecía tanto amor” se convirtió en un testimonio vivo de esperanza, fe y unidad. Interpretada por voces de distintas latitudes, esta versión refleja el anhelo compartido de permanecer conectados en el amor de Dios, aun cuando la distancia física nos separaba. La delicadeza en la interpretación, la armonía de las voces y la sensibilidad visual con la que fue editado este proyecto, logran transmitir profundamente el mensaje central de la canción: el asombro ante un amor inmerecido pero generosamente otorgado por Cristo. Cada participante aporta con autenticidad, creando una atmósfera íntima, conmovedora y profundamente espiritual. Más que un simple cover, esta producción es un acto de adoración colectiva, una ofrenda de gratitud que tocó corazones y fortaleció el alma en uno de los períodos más difíciles de nuestra historia reciente. Una hermosa muestra de que, incluso en tiempos de prueba, la alabanza y el amor de Dios siguen siendo nuestro refugio y canción.